Las callosidades: problema habitual de los corredores

Para el corredor los pies son la base determinante de su impulso, sostén y herramienta para llegar a la meta. El cuidado de estas extremidades debe ser importante, ya que prevenir lesiones y molestias garantizará el correcto desenvolvimiento del corredor durante la marcha.

Un problema frecuente es la aparición de callos y callosidades, que no son más que el endurecimiento y engrosamiento de la piel que se pueden apreciar de color amarillento o gris.

corredor

Los pies son en el corredor su base, su sostén y su principal herramienta de trabajo, por eso su cuidado debe ser importante para prevenir lesiones y molestias que después, impidan el correcto movimiento. Un problema frecuente en el corredor son las callosidades, de las cuales describiremos sus causas y cómo prevenirlas.

Las callosidades no son más que el producto del endurecimiento y engrosamiento de la piel. Aunque puede haber inflamación y mucho dolor, generalmente se ven de color grisáceo o amarillento y no son sensibles al tacto aunque sí se perciben abultados sobre el pie.

¿Por qué se producen las callosidades?

Las causas del desarrollo de callos son variables y múltiples, ya que pueden producirse callosidades por el roce y la presión constante de un calzado sobre el pie o bien, puede ser causado por la sobrecarga de una zona específica del pie al pisar. Es decir, puede deberse a un calzado particular o a un problema en la mecánica de la pisada, ya que los pronadores frecuentemente sufren de callosidades en los extremos de sus pies por su parte interior, en cambio los supinadores suelen tener callos a lo largo del lado exterior del pie.

Es decir, una mecánica incorrecta o desequilibrios en el peso que reciben los pies al apoyarse pueden ser la causa de la presencia de callosidades en el corredor, así como también, un calzado incorrecto que no permite que los dedos se movilicen, sino que los presiona en demasía.

Dado que con el tiempo la presencia de callos puede ser una consecuencia menor de la mala pisada al caminar o correr, siempre es conveniente corregir este problema.

verruga

También pueden presentarse callosidades como consecuencia de la presión repetitiva al correr o por poseer una estructura ósea anormal como por ejemplo, tener pie plano o espolones.

En primer lugar se debe analizar la pisada del pie y corregir todo tipo de anomalías que puedan desviar el peso hacia un sólo extremo, por ejemplo, corregir la sobrepronación, el pie plano o los desequilibrios en las extremidades inferiores.

Asimismo, resulta fundamental utilizar un calzado que por dentro permita la movilidad de los dedos de los pies de manera que no friccione a los mismos sobre la zapatilla, pero también debe sujetar el pie correctamente, no permitiendo su desviación hacia un lado o a otro.

Además, la zapatilla debe tener adecuada amortiguación y debe brindar estabilidad al pie. Si es necesario se debe corregir con plantillas o otros recursos ortopédicos las anomalías del pie.

Analizar la pisada y equilibrar la marcha es clave para que los pies absorban de manera uniforme el impacto que reciben en cada paso durante la carrera, así se podrán prevenir las callosidades y otros tantos males que pueden afectar el desempeño de un corredor.

Los dedos en garra (o en forma de martillo)

El dedo en martillo o en garra consiste en la deformidad de los dedos del pie en la que estos están encogidos y no realizan bien su trabajo, provocando un desequilibrio de todo el apoyo de la función del pie. 

Los dedos en garra son una deformidad con una etiología variada, desde patología del sistema nervioso, la mayoría de las cuales son congénitas, hasta de origen biomecánico, en cuyo caso son adquiridas.

Lo más frecuente es que veamos en consulta, de medicina deportiva o traumatología, el segundo criterio, es decir por alteraciones biomecánicas o morfológicas del propio pie, como por ejemplo: 

     – Pie cavo
     – Pie plano
     – Equino funcional
     – Alteración de la fórmula metatarsal (longitud anormal de los metatarsianos o dedos.
     – Uso de calzado inadecuado

Estas alteraciones son factores de riesgo para que el paciente pueda desarrollar una deformidad digital, pero no son determinantes, por lo que se suelen dar varios de estos factores al mismo tiempo.


Tipos
 

Las deformidades pueden ser congénitas o adquiridas, como hemos visto.

Podemos dividir las deformidades adquiridas en 2 tipos: 

1. Estáticas: Como, por ejemplo, las causadas por un calzado inadecuado.

Un zapato no deforma el pie pero si los dedos

Un zapato no deforma el pie pero si los dedos.

2. Dinámicas: La importancia de la función muscular, de las alteraciones biomecánicas y sus relaciones con el movimiento del pie nos lleva a diferenciar 3 tipos de patrones etiológicos: 

     – Sustitución flexora, esta se debe a un gemelo débil, por lo que en el momento de propulsión, los flexores de los dedos trabajan con mas fuerza de lo normal, produciendo una posible deformidad en garra. Pero no solo va a producirse esta deformidad sino que el organismo va a tener que aumentar su gasto energético ya que estos músculos no están diseñados para la propulsión. En definitiva, esto se puede traducir en una carrera ineficiente y posiblemente productora de patologías.

El ballet es una disciplina que fuerza hasta el límite la capacidad de los pies

El ballet es una disciplina que fuerza hasta el límite la capacidad de los pies y en la que pueden coincidir los mecanismos de sustitución y estabilización flexora.

      – Sustitución extensora, se produce en pies equinos funcionales o estructurales, pie cavo, pies espásticos, músculo tibial anterior débil por neuropatía o traumatismo. La aparición de los dedos en garra suele estar asociada al pie cavo, debido a un desequilibrio de la musculatura flexora y extensora de los dedos del pie, aunque no es exclusivo de los pies cavos.

En todos los casos los músculos extensores intentan colaborar para producir una flexión dorsal del tobillo, sea cual sea su causa.

La ventaja, o el predominio, de los músculos extensores, sobre los músculos lumbricales, va a causar una deformidad de los dedos. Dicha deformidad se va a ir produciendo en la fase de la marcha llamada oscilación, hasta que contacta el pie con el suelo. Este tipo de deformidad en principio será flexible y según pase el tiempo se podrá convertir en rígida, por lo que el tratamiento será diferente. 

Esquema de la deformidad estructural ósea

Esquema de la deformidad estructural ósea.

     – Estabilización flexora, esta se suele producir en pies muy pronados en la fase de apoyo, pies planos flexibles e inestabilidad de antepié y retropies varos compensados; otra causa puede ser una neuropatía periférica que afecte a la musculatura intrínseca (músculos interóseos).

Sea cual sea su causa lo que se apreciará es que en bipedestación estática y durante la marcha en la fase de apoyo completo, es decir cuando toda la superficie del pie está en contacto con el suelo, los dedos intentan agarrarse al suelo para buscar la estabilidad del pie.

La estabilización flexora en la causa más frecuente de deformidad de los dedos en garra.

 

Cuadro clínico

Callos o helomas en pie con dedos en garra

Callos o helomas en pie con dedos en garra.

El signo mas característico es la aparición de helomas, mas comúnmente denominados callos, en la parte dorsal del dedo, debido al la presión-fricción contra el zapato.

También podrían aparecer helomas en los pulpejos, debido al intento forzado o desesperado que hace el pie por agarrarse al suelo, buscando estabilidad.

El síntoma más frecuente es que aparezca dolor en la parte dorsal del dedo en garra, debido a la fricción contra el zapato. Además, los pacientes refieren dolor en la cabeza del metatarsiano correspondiente porque el dedo levantado o encogido no hace su trabajo, no recibe la presión al apoyar el pie, y ésta recae sobre la cabeza de los metatarsianos, originando una metatarsalgia.

 

 

Pie griego con dedos en martillo

Pie griego con dedos en martillo.

La exploración clínica suele objetivar la deformidad, con el dedo encogido, con callosidades dorsales en el dedo, por el roce con el zapato, y en la planta del pie por el exceso de apoyo sobre los metatarsianos. En los casos extremos el dedo o la articulación metatarso-falángica puede subluxarse y se pueden originar ulceraciones por rozamiento que son muy limitantes.

     

Tratamiento

En un primer momento el desbridamiento del heloma va a producir una mejoría y un confort importante, pero no será definitivo este tratamiento, ya que solo irá encaminado a tratar el heloma y no la deformidad del dedo que es la que ocasiona el heloma o callo.

Separador interdigital de silicona

Separador interdigital de silicona.

El objetivo del tratamiento es quitar la presión y roce de los dedos contra el zapato, por lo que dependiendo de la gravedad de la deformidad  se llevarán a cabo las siguientes técnicas.

Tratamiento conservador. Consiste en adaptar una férula, normalmente de silicona para evitar el roce contra el zapato de la callosidad.

La cirugía se contempla, en ausencia de contraindicaciones formales, si las deformidades son rígidas y la férula de silicona u otro tipo de ortesis no es capaz de aliviar o disminuir el dolor.

Si existe alguna deformidad o alguna complicación ósea se optará por la cirugía.

En este caso la técnica que se llevaría a cabo es la llamada Cirugía mínimamente invasiva (MIS), la cual se realiza mediante incisiones muy pequeñas de 2 milímetros y guiado con fluoroscopia o rayos-x permite realizar la corrección de las articulaciones, de la deformidad. 

Este tipo de cirugía se realiza con anestesia local, es decir, de los dedos y, además, es ambulante, por lo que en 2 horas al paciente se le da de alta. 

La recuperación de este tipo de cirugía es muy rápida, y desde el primer momento podrá caminar, aunque ha de pasar un tiempo para usar todo tipo de calzado con normalidad.

Publicación tomada de tulesiondeportiva.com

Tu primera carrera de 5 Kilómetros

A la hora de entrenar para una carrera hay muchos factores a tener en cuenta, desde el estado físico al mental. En la nota encontraras información práctica, sencilla y técnica, junto a un plan de entrenamiento.

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Cada vez son más las carreras populares, de dos y hasta tres carreras cada fin de semana; un total de alrededor de 100 por año con fines solidarios, estrategia de marketing empresarial, para colaborar con alguna entidad benéfica, como medida de protesta o, simplemente, como un evento deportivo, en la cual participan centenares de personas.

Muchas personas, con el objetivo mantenerse físicamente activas se están interesando por este tipo de actividad física y eventos. Afortunadamente dichos eventos no son solo para atletas y maratonistas, existen carreras de 5 Km., 10 Km., 21 Km. (Media Maratón) y 42 Km. (Maratón) entre otras, en la cual se puede participar de manera amateur.

Ser participe de estos eventos exige una preparación mínima, que siempre estará basada en el kilometraje a cumplir, el entrenamiento previo será la herramienta fundamental para lograr una optima condición física para superar la carrera.

Esto no significa que solo se entrenara corriendo, es de suma importancia la realización de muchos ejercicios complementarios que estarán en relación a la carga producida por el kilometraje a correr, estos ayudaran a estabilizar, fortalecer y ajustar los desequilibrios musculares, articulares, ligamentosos y tendinosos, preparándolos para soportar las cargas, al someter a nuestro cuerpo a miles de impacto contra el suelo.

Por mi experiencia, puedo asegurar que la mayoría de los corredores aficionados se encuentran sobreentrenados, y a la hora de competir sus resultados no son los buscados encontrándose por debajo del esfuerzo y la dedicación empleada en su preparación.

No solo se trata de entrenar, sino que hay que descansar lo suficiente para que el entrenamiento sea asimilado por el cuerpo, para lograr sacar el máximo provecho es fundamental tener un plan de trabajo donde los días de esfuerzo y los días de trabajos se encuentren equilibrados.

Es fundamental no sobrecargar demasiado cada día de entrenamiento, el corredor debe planificar para no caer en errores.
El más frecuente entre los aficionados es el de aplicar directamente a su preparación, lo métodos de entrenamiento de los corredores de élite, lo que ha llevado a muchos a realizar grandes barbaridades.

No es fácil entrenarse solo y bien, pero aquí les dejo un plan de entrenamiento para que puedan realizar la primera carrera popular de 5 Km., con solamente 5 semanas de entrenamiento lo conseguirán, recuerda realizar una buena entrada en calor, de movilidad articular antes al comenzar cada día de entrenamiento y al finalizar elonga y estira los músculos.

Plan de Entrenamiento para correr tus primeros 5 Km:

Días / Sem.
Lunes
Miércoles
Viernes
Domingo
Camina entre 20 -30 minutos Camina 30 minutos Camina entre 30 – 40 minutos Camina 40 minutos

Trota 3 a 4 minutos y Camina 6 minutos | 3 series

Corre 4 minutos Camina 5 minutos | 3 series Corre 3 minutos Camina 4 minutos | 5 series Corre 4 minutos Camina 4 minutos | 2 series
Correr 3 minutos Camina 3 minutos | 5 series Correr 6 minutos Caminar 3 minutos | 4 series Correr 6 minutos Caminar 2 minutos | 4 series Correr 5 minutos Caminar 3 minutos | 3 series
Corre 10 minutos Caminar 1′ 30¨ | 3 series Corre 7 minutos Camina 3 minuto | 3 series Correr 8 minutos Caminar 4 minutos | 3 series Correr entre 10 y 20 minutos | De ser necesario caminar 1 minuto a modo de descanzo y continuar
Correr 12′ Caminar 5′| 2 series Corre entre 15 y 20 minutos Camina 2′ | de ser necesario y retoma el correr Correr 15′ Caminar 2′| 2 series Correras entre 20 y 30 minutos seguidos sin necesidad de parar 5 km.

  La entrada en calor previa a los trabajos es fundamental para prevenir lesiones y la misma permite comenzar los entrenamientos con mayor soltura.

  Se considera indispensable un chequeo médico que avale la realización de este esfuerzo físico, debiendo estar controlado por un profesional.

Consejos a la hora de Competir:

Generalmente las carreras populares se desarrollan los sábados o domingos por las mañanas temprano, generalmente entre las 7:30 y 9:00 AM

Cena ligera
La noche anterior tu cena debe ser ligera, ingiere alimentos de fácil asimilación para tu organismo (pastas) es lo ideal

Descanso Suficiente
Acuéstate temprano y duerme al menos 8 hs seguidas

Desayuno Saludable
Desayuna sano, un par de horas antes de la competencia, es lo más aconsejable, cereales, leche y un par de tostadas es suficiente.

Bendita Agua
Es sumamente importante hidratarte bien, sobre todo si el día de la competencia es caluroso. Hidrátate antes, durante y después de la carrera, toma un vaso de agua cada 15 minutos de carrera.

No uses ropa nueva
No estrenes ropa el día de la competencia. La ropa nueva suele tener costuras y producir rozamientos.

Zapatos
No estrenar zapatos, el calzado se adapta a tus pies luego de varios Km. de uso, por lo tanto a efectos de evitar ampollas, molestias, dolores y presiones plantares etc.

Por último toma el desafió como una experiencia mas de tu vida, disfrutándolo al máximo, y recuerda el running siempre te dará la revancha.

Pablo Hernán Aimetta
*Profesor Nacional de Educación Física
Maratonista – Entrenador de Corredores (Argentina)

¿Por qué es bueno correr?

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Sabemos que correr es una estupenda manera de mantenerse en forma. ¿Cómo afecta al organismo?

El efecto más obvio que produce es el consumo de calorías y la elevación del índice metabólico o velocidad con que el organismo utiliza la energía. Esto puede ayudar a controlar el peso. Correr también fortifica y tonifica los músculos, especialmente en la parte inferior del cuerpo. Si uno está tonificado y en forma, resulta más fácil realizar otras actividades físicas. Pero correr o realizar de manera habitual cualquier otra forma de ejercicio físico también afecta otros sistemas del cuerpo.

Correr es una forma de ejercicio aeróbico durante el cual se incrementa la frecuencia cardíaca. Al elevarse el ritmo cardíaco, todo el sistema cardiovascular (el corazón y los vasos sanguíneos) hacen ejercicio. La práctica habitual de ejercicios físicos hace que el sistema cardiovascular funcione con más eficiencia. ¿Qué significa? El corazón es un músculo y cuando la frecuencia cardíaca se eleva durante los ejercicios, el corazón hace ejercicio. Realizar ejercicios habitualmente hace que el corazón y las otras partes del sistema cardiovascular se vuelvan más resistente y lo ayudan a funcionar mejor. El corazón bombea más sangre con cada latido. Esto a su vez ayuda a que los vasos sanguíneos mantengan la elasticidad. Al incrementarse el volumen de sangre, se transporta más oxígeno desde los pulmones a las otras partes del cuerpo. Los pulmones también hacen ejercicio, ya que al correr, aumenta el ritmo respiratorio.

 La práctica habitual de ejercicios físicos reduce la presión sanguínea, lo que ayuda a controlar la hipertensión (presión sanguínea alta). El ejercicio también aumenta el colesterol bueno (de las lipoproteínas de alta densidad o HDL) y reduce el colesterol malo (de las lipoproteínas de baja densidad o LDL), colesterol que se acumula en las arterias. Todo esto ayuda a prevenir ataques cardíacos, derrames cerebrales y otras enfermedades cardiovasculares.¿Por qué son importantes estas consecuencias? El control del peso cumple un papel fundamental en la prevención de la diabetes tipo 2, enfermedad en la que no se metaboliza adecuadamente el azúcar de los alimentos. Esta enfermedad está aumentando en forma significativa en todo el mundo, especialmente en países cuya industrialización crece con rapidez. Las personas con diabetes son más propensas a padecer enfermedades de los riñones, enfermedades cardiovasculares, ceguera, gangrena y otras dolencias.

Otra ventaja de correr es que se trata de un ejercicio que soporta la carga del peso. Los ejercicios en los que los músculos se contraen sobre los huesos ayudan al fortalecimiento óseo. Les aportan resistencia y salud.

Si cualquier actividad aeróbica de carga de peso proporciona un buen ejercicio general para el cuerpo, ¿por qué elegir correr? La respuesta es la simplicidad de la actividad. Se puede correr en una carretera al aire libre o en un circuito o en una cinta bajo techo. Más allá de un buen calzado deportivo, es muy poco el equipo que esta actividad requiere, y puede hacerse con tiempo cálido o fresco.

Artículo publicado originalmente en www.planetseed.com

El ‘running’ está de moda, ¡ponte a correr!

Desde hace unos años, salir a correr es una tendencia al alza. El running se ha ganado, por méritos propios, ser una de las disciplinas deportivas favoritas de muchas personas que quieren ponerse en forma. Seguro que en tu entorno hay uno o varios runners. La libertad de horarios, lo económico de su práctica, la sensación de realizar deporte al aire libre y los rápidos resultados en la mejora de la salud física, son algunas de sus bazas. 

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Pero, eso sí, como sucede con casi todos los deportes, hay que tener en cuenta una serie de consejos si no queremos tener problemas, sobre todo en forma de lesiones, tal y como nos explican los expertos de Amatteur -una red social dedicada al deporte-. 

No decaigas en la primera salida 
Tal vez nunca te ha llamado la atención lo de calzarte las zapatillas para salir a correr fuera. Pero tus amigos te han convencido y has decidido probar. Si es la primera vez, tienes que tener en cuenta que puede ser duro. Por eso, lo principal es estar mentalizado y tener muy presente que es posible que las fuerzas te flaqueen en la primera salida, y que acabes poniendo excusas para no volver a salir. Si se espacia mucho entre la primera vez que se va a correr y la siguiente, es muy posible que ya no se vuelva a practicar. Lo ideal es que, si se ha tomado la determinación, que la continuidad sea la prioridad. En cada salida se notará menos esfuerzo y más fuerza, lo que aumentará la motivación y el rendimiento. 

Cambia de rutas 
Uno de los problemas que achacan los detractores de este deporte es que correr puede ser aburrido. No tiene por qué serlo. Precisamente una de las ventajas del running es la variedad que ofrece. Hay miles y miles de kilómetros a disposición del deportista. En este sentido, es una buena idea modificar la ruta cada semana, se planifiquen salidas de fin de semana en lugares agradables, como puede ser al lado del mar o en parajes campestres. Hay un sinfín de posibilidades. 

¿Cuántas veces en semana? 
Como en todo deporte, pero en el running más, la constancia es lo primero. Por eso, es importante proyectar como mínimo tres salidas a la semana. De esta manera, se podrán notar los beneficios. No es válido correr un día una semana y a la siguiente dos, es mejor establecer una rutina. Dentro de ello, el hecho de que sea una actividad libre, no sometida a horarios, implica que sea uno mismo el que elija en qué momento le va mejor. A veces una semana, será más factible antes de ir a trabajar, pero otras después. Esto no es problema, lo único es que sean siempre, cada semana, entre dos y tres salidas mínimo. 

Escucha a tu cuerpo 
Es primordial realizar estiramientos antes y después de la actividad, con el fin de prevenir lesiones. Si a pesar de ello, a la hora de correr se nota el menor dolor, hay que parar. No conviene “forzar la máquina” ya que lo que puede ser una simple tendinitis, acabe en algo más serio. Por eso, si se observan molestias, es mejor parar, caminar, y dejar un espacio de descanso, para que el cuerpo se recupere. 

Invierte en zapatillas 
Muchos se lanzan a la “moda” del running, principalmente porque es un deporte gratuito. Sí, lo es, pero, es esencial tener en cuenta la importancia del calzado. Nunca se deben utilizar zapatillas que estén ideadas para otras prácticas deportivas, ni zapatillas que sean demasiado económicas. A la larga, se notará, y podrá provocar una lesión. Por eso, lo único en lo que sí que habrá que hacer un desembolso económico es en las zapatillas. Tendrán que ser las adecuadas a las necesidades y hábitos del runner

Artículo publicado originalmente en enforma.hola.com

El mejor zapato para el pie diabético

Vivir con diabetes significa que el nivel de azúcar en la sangre está más alto de lo normal porque su cuerpo no produce insulina o no maneja bien la insulina. La insulina es responsable de transportar la glucosa, un tipo de azúcar en la que se convierten los alimentos que consume, a las diferentes células del cuerpo para ser usado como energía.

Si descuida su diabetes con el tiempo podría dañar los nervios y los vasos sanguíneos. Los nervios periféricos son los que comienzan en la médula espinal y siguen hasta las extremidades: brazos, manos, piernas y pies. Cuando estos nervios están dañados los pies no reciben suficiente sangre y oxígeno y pierde la sensación en los pies. Sin la sensibilidad podría cortar su pie o ser picado por un insecto sin sentirlo. Las heridas, aun las más leves, podrían llegar a infectarse y causar úlceras, en casos más severos, podría ser causa de amputación.

Por eso es vital el control adecuado de la diabetes y usar calzado en todo momento. Mientras menos expuestos tenga sus pies a picadas de insecto, al riesgo de cortaduras, o a cambios ambientales, frío o calor extremo, menor el riesgo de infecciones.

El zapato ideal para sus pies

El zapato ideal para el pie diabético es el que protege sus pies, es cómodo y ofrece estabilidad.

Protección. El zapato para el pie diabético debe ser con los dedos y talones cubiertos. Si compra zapatos en piel asegúrese de que no tengan costura en el interior del zapato. El interior del zapato debe ser liso y suave.

Comodidad. El mejor momento del día para comprar zapatos es en la tarde o noche cuando sus pies ya están grandes. Nunca compre un zapato sin antes medírselo o un zapato que le queda apretado con la esperanza de que va a estirar. Pruebe los zapatos en ambos pies y camine con ellos. Deben sentirse cómodos con la parte del talón firme.

Si la zona del talón se resbala de arriba hacia abajo según camina, considere medio número menos.

Siempre hay un pie más grande que otro, asegúrese que le calza cómodo al pie más grande. El metatarso de su pie es el punto más ancho justo antes que comiencen los dedos. Elija un zapato que no le apriete esa zona. Evite los zapatos puntiagudos.

Los pies cambian con la edad y así la talla de sus zapatos. Para saber si está usando el tamaño correcto de zapato haga la siguiente prueba:

Póngase de pie sobre un pedazo de papel.

-Pídale a alguien que dibuje un trazo alrededor de sus pies.

-Trace una línea alrededor de sus zapatos.

-Compare ambos trazos. El ancho de sus zapatos debe ser más ancho que la medida de sus pies. Debe sobrar ½ pulgada de zapato de largo después de su dedo más largo del pie. ¿Es su calzado más estrecho? ¿Sus dedos están apiñados? Considere por su salud descartar los zapatos que no le calcen bien.

Estabilidad. Las suelas del zapato deben ser firmes, no resbalosas. Prefiera las suelas gruesas que amortigüen el impacto de las superficies duras. Los zapatos de tacón bajo son más cómodos y seguros que los de tacón alto y no dañan sus pies.

 Recursos

“Caring for Your Feet With Diabetes” WebMD. Revisado 27 de mayo de 2013. Accedido: 17 de julio de 2013. http://diabetes.webmd.com/features/caring-for-feet

“El cuidado de los pies” Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento. Institutos Nacionales de la Salud. 8 de noviembre de 2011. Accedido: 17 de julio de 2013.http://www.nia.nih.gov/node/790

Artículo publicado originalmente en ladiabetes.about.com

¿Qué es la fascitis plantar?

En la planta del pie hay una gruesa franja de tejido conjuntivo denominada fascia plantar. Es un tendón que conecta el hueso del talón (el calcáneo) con la parte anterior del pie.

Cuando la fascia plantar se irrita y se vuelve dolorosa debido a: mucho tiempo de pie, hacer ejercicios sin realizar stretching luego de la actividad física, y en ocasiones uso de calzados inadecuados, esta afección se conoce como fascitis plantar. La fascitis plantar a veces puede confundirse con el espolón calcáneo, que es una lesión diferente que cursa con síntomas similares.

La fascitis plantar es una causa habitual de dolor de talón en corredores, bailarines, vendedores y atletas que practican deportes que implican correr y saltar frecuentemente.

De todos modos, no es necesario  estar muy activo para desarrollarla. La fascitis plantar puede afectar a cualquiera. Las personas que tienen sobrepeso, las mujeres embarazadas, las personas cuyos trabajos implican estar mucho tiempo de pie y quienes llevan zapatos muy gastados son todos vulnerables a desarrollar fascitis plantares.

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¿Cuáles son los síntomas de una fascitis plantar?

El principal síntoma de la fascitis plantar es un dolor agudo en la planta del pie, cerca del talón. He aquí algunos indicadores de que ese dolor puede obedecer a una fascitis plantar:

  • El dolor es más fuerte a primera hora de la mañana pero mejora después de caminar durante unos pocos minutos.
  • El dolor empeora después de pasar mucho tiempo de pie y/o al levantarse después de estar cierto tiempo sentado.
  • El dolor se desarrolla de forma progresiva y empeora con el tiempo.
  • El dolor empeora después de haber hecho ejercicio o actividad física más que durante la actividad en sí misma.
  • Duele al estirar (flexionar) el pie.
  • Duele al presionar los lados del talón o el arco del pie.

Qué ocasiona las fascitis plantares?

Puesto que la fascia plantar sostiene el pie y conforma su base, tiene que habituarse cada vez que damos pasos, absorbiendo una gran cantidad de tensión y de peso. Si se ejerce demasiada presión sobre la fascia plantar, las fibras pueden lesionarse y/o empezarse a desgarrar. El cuerpo reacciona con una inflamación en el área afectada. Esto es lo que provoca el dolor y la rigidez propios de la fascitis plantar.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer fascitis plantar, se incluyen los siguientes:

·         Músculos de la pantorrilla contracturados. Unas pantorrillas duras dificultan la flexión de los pies, lo que somete a la fascia plantar a mayores tensiones, esto ocurre cuando las actividades físicas no estan acompañadas con un stretching adecuado (el protocolo indica 15 minuto de stratching por cada hora de actividad física que se haga.

·         Peso. Aunque no está confimada su incidencia directa, el hecho de soportar unos cuantos kilos  de más añade presión a los pies en cada paso que dan.

·         Actividades que someten a tensiones importantes a los pies sin una adecuada supervisión .En ellas se incluyen correr, el excursionismo, el baile y el aerobic.

·         Calzado inadecuado. El calzado que no proporciona a los pies el apoyo que necesitan aumenta el riesgo de desarrollar fascitis plantar. El hecho de llevar habitualmente tacón alto también provoca que el tendón de Aquiles se contraiga de forma continuada, lo que dificulta la conducta de flexionar el pie.

·         Trabajos que implican pasar mucho tiempo de pie o andando sobre superficies duras. Las profesiones que te mantienen todo el día de pie, como servir mesas o trabajar en un almacén, pueden provocar lesiones en la fascia plantar.

·         Pies cavos, pies planos u otros problemas en los pies. La forma de los pies de una persona puede repercutir en el modo en que distribuye el peso en las plantas de sus pies. Si la distribución del peso está un poco desquilibrada, este factor puede añadirse al riesgo de padecer fascitis plantar. Asimismo, la forma de andar de una persona también puede aumentar la tensión a que se someten determinadas parte del pie.

Cómo se debe tratar una fascitis plantar?

  • Para el tratamiento de la fascitis plantar existe un protocolo que se debe llevar en varias etapas, iniciando de forma conservadora:

·         Rehabilitación y fisioterapia, preparada por un profesional  El paciente debe ser evaluado por un médico fisiatra u ortopedista, quien le indicará  el tratamiento adecuando de fisioterapia

·         Diseño de una plantilla computarizada: A través del análisis computarizado de la marcha (Baropodometria) es posible evaluar en condición estática y dinámica a cada paciente para luego diseñar via computadora, la plantilla adecuada para cada pie la cual es elaborada por un sistema computarizado, lo que reduce la posibilidad de error y maximiza su efetividad

·         Tomar medicamentos antiinflamatorios. Los analgésicos, como el ibuprofeno y el paracetamol, pueden ayudar a aliviar el dolor y a reducir la infamación del área afectada, sin embargo no corregirán el problema de fondo.  Sólo sirven para aliviar el dolor

·         Estirar los músculos de pies y pantorrillas. Cuando desaparezca el dolor, haz estiramientos de pies y pantorrillas para conseguir que las  piernas estén lo más  flexibles que sea posible.

·         Se pueden utilizar las  férulas de uso nocturno. Las férulas de uso nocturno mantienen los músculos de la pantorrilla ligeramente flexionados, impidiendo, de este modo, que la fascia plantar se tense o contraiga durante la noche.

·         Aplicación de tratamiento por medio de Ondas de Choque Si lo anteriormente no funciona, se podrá aplicar este tratamiento, no invasivo.

La buena noticia sobre la fascitis plantar es que suele remitir tras pocos meses de un tratamiento muy sencillo. Solo en casos excepcionales requiere una intervención quirúrgica. La cirugía es el último recurso cuando no hay nada más que alivie el dolor.

Si usted desea solicitar una cita para el estudio biomecánico de la marcha y elaboración de plantillas computarizadas, lo puede hacer por este medio, o directamente llamando a los teléfonos de la oficina más cercana a su residencia, Caracas 0212 2631008 y 0212 2634972 Maracay 0243-2322853 0243-9357437 y Valencia 0241-8241691. O por nuestra página web www.medueleelpie.com

El cuidado del pie diabético

Los problemas de pie diabético son una preocupación importante en la atención médica y una causa común de hospitalización.

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La mayoría de los problemas de pie que enfrentan las personas con diabetes surgen a raíz de dos complicaciones serias de la enfermedad: daño de los nervios y mala circulación. La falta de sensibilidad y el flujo de sangre reducido permiten que una ampolla pequeña avance hasta convertirse en una infección seria en cuestión de días. El daño crónico de los nervios (neuropatía) puede causar piel seca y agrietada, lo que da una oportunidad para que las bacterias ingresen y causen infección.

Las consecuencias pueden ir desde la hospitalización para administrar antibióticos a la amputación de un dedo del pie o del pie completo. Para las personas con diabetes, la inspección diaria y cuidadosa del pie es esencial para la salud general y la prevención de problemas que dañan el pie.

Cuidado general del pie diabético

  • Jamás camine descalzo. El daño de los nervios disminuye la sensación, así puede ocurrir que usted no sienta piedritas u objetos pequeños atrapados en su pie. Esto puede llevar a una infección masiva. Usar siempre zapatos o pantuflas reduce este riesgo.
  • Lave sus pies todos los días con un jabón suave y agua tibia. Primero pruebe la temperatura del agua con su mano. No ponga sus pies en remojo. Cuando los seca, dé golpecitos suaves en cada pie con una toalla en vez frotarlos vigorosamente. Sea cuidadoso con el secado entre los dedos de sus pies.
  • Use loción para mantener la piel de sus pies suave y humedecida. Esto previene las grietas que se hacen por piel seca y reduce el riesgo de infección. No se ponga loción entre los dedos.
  • Corte las uñas del pie sin darles forma curva. Evite cortar las esquinas. Use una lima o un cartón de esmeril para uñas. Si detecta una uña encarnada, vea a su médico. La buena atención médica es importante en la prevención de infecciones.
  • No use soluciones antisépticas, medicamentos de venta libre, almohadillas de calor ni instrumentos afilados en sus pies. No ponga sus pies sobre los radiadores ni frente a la estufa.
  • No deje que sus pies se enfríen. Use calcetines flojos en la cama. No se moje los pies en la nieve ni en la lluvia. Use calcetines y zapatos abrigados en invierno.
  • NO fume. Fumar daña los vasos sanguíneos y reduce la capacidad del cuerpo de transportar oxígeno. En combinación con la diabetes, ello aumenta significativamente su riesgo de una amputación (no solo de los pies, sino que también puede incluir las manos).

Inspección

  • Inspeccione sus pies todos los días.
  • Busque picaduras o pinchazos, magullones, puntos de presión, enrojecimiento, áreas de calor, ampollas, úlceras, arañazos, cortes y problemas en las uñas.
  • Pida a alguien que lo ayude o use un espejo si no puede hacerlo solo. Tal vez usted no tenga la sensación de que la piel sufrió daño. Inspeccionar la piel para detectar heridas es fundamental.
  • Observe y palpe cada pie para ver si hay inflamación. La inflamación en uno de los pies y no en el otro es un signo temprano de posible enfermedad de Charcot en etapa inicial. Este es un problema único que puede ocurrir en personas con daño en los nervios. Puede destruir los huesos y las articulaciones.
  • Examine las plantas de sus pies y las bases de los dedos. Controle los seis puntos principales en la planta de cada pie:

-La punta del dedo gordo del pie
-La base de los dedos pequeños
-La base de los dedos medios
-El talón
-El borde exterior del pie
-El antepié transversalmente (el área de apoyo más abultada de la planta del pie, que une con la base de los dedos)

Calzado

Elija y use sus zapatos cuidadosamente. Un zapato que calza mal puede provocar una úlcera y llevar a una infección.

  • Cómprese zapatos nuevos a una hora tarde del día cuando sus pies están más dilatados. Cómprese zapatos que sean cómodos sin necesidad de un período “de ablande”.
  • Controle el calce de su zapato en el ancho, largo, parte de atrás, base del talón y planta del pie. Hágase medir sus pies cada vez que compra zapatos nuevos. La forma de su pie cambiará con el paso de los años y puede que su tamaño de zapato no sea el mismo que hace 5 años.
  • Evite estilos de zapatos con dedos en punta y tacones altos. Trate de obtener zapatos con la parte superior de cuero y de horma profunda para los dedos.
  • Use zapatos nuevos solo durante 2 horas o menos cada vez. No use el mismo par de zapatos todos los días.
  • Inspeccions la parte interior de cada zapato antes de ponérselo. No ate sus zapatos demasiado ajustados ni demasiado flojos.
  • Evite caminatas largas sin un descanso, organícese para poder quitarse los zapatos y calcetines y controle signos de presión (enrojecimiento) o úlceras.

Ortopedia

Las compañías de seguros con frecuencia cubren el costo de elementos ortopédicos para personas con diabetes. Ellos comprenden la importancia de reducir al mínimo el riesgo de una llaga por presión en estos pacientes. Discuta esto con su médico de atención primaria o cirujano ortopédico.

Es común que se recete una plantilla flexible hecha con un material suave llamado “plastizote”. Los elementos ortopédicos no deben ser duros, porque esto aumentará el riesgo de úlcera por presión. La plantilla puede transferirse de zapato a zapato, y debería usarse todo el tiempo cuando la persona está de pie o caminando.

Fuente: orthoinfo.aaos.org

¿Qué es la metatarsalgia?

La Metatarsalgia es el dolor e inflamación que se produce en una parte del pie conocido como el metatarso. Por lo general, se ve afectada la cabeza del primer metatarsiano, proximal al dedo gordo del pie, así como la cabeza del segundo, tercer y cuarto metatarsianos.

La Metatarsalgia se traduce como ”dolor de metatarso”, siendo el metatarso la parte correspondiente del pie que va desde el tarso (zona proximal y media del pie) hasta el nacimiento de los dedos y que conforma la parte anterior del mismo.

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En la mayoría de los casos, el dolor se acompaña de durezas en la zona plantar, que en estadíos avanzados terminan convirtiéndose en los desagradables callos o clavos plantares.

Suele darse más frecuentemente en personas activas, tanto hombres como mujeres, pero mayoritariamente en mujeres de edad media, que andan o corren mucho. También es frecuente en aquellas personas que llevan calzados inapropiados, pues en estos casos se produce una sobrecarga mecánica a nivel de la cabeza de los metatarsianos y en personas con los pies cavos.

La intensidad del dolor puede variar y puede afectar a uno o dos dedos de los pies, a veces todo el pie o incluso los dos pies a la vez. La metatarsalgia puede empeorar al estar de pie, caminar o correr, ya que el peso de nuestro cuerpo recae con mayor fuerza sobre la zona afectado.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la metatarsalgia?

Los síntomas pueden variar desde un dolor leve a más grave, y por lo general se hacen más notorios cuando el individuo se encuentra en movimiento. Algunos pacientes lo describen como una sensación de ardor, mientras que otros se quejan de dolor punzante, hormigueo o entumecimiento de los dedos de los pies. En definitiva, puede tratarse de un dolor:

• Quemante;

• En la parte anterior del pie;

• Cerca de los dedos de los pies;

• Que aumenta al caminar con los pies descalzos, y más aún si caminamos sobre una superficie dura;

• Dolor que empeora al estar de pie o moviéndose, pero disminuye cuando quitamos el peso de nuestros pies;

• Sensación de hormigueo en los dedos de los pies.

¿Cuáles son las causas de la metatarsalgia?

En el pie hay pequeños nervios entre los huesos metatarsianos. Cuando la cabeza de un hueso metatarsiano se presiona contra otro, el pequeño nervio queda atrapado entre ellos y comienza a inflamarse, causando la metatarsalgia. La condición puede empeorar a medida que el peso se coloca en el pie, porque a cada paso los huesos metatarsianos se rozan más y más, lo que provoca que aumente la inflamación del nervio, es lo que conocemos como Neuroma de Morton.

El dolor también puede aparecer por sobrecarga e inflamacion en la cabeza de los metatarsianos.

Metatarsalgia

El pie tiene 5 metatarsianos, el primero de ellos es el mas corto y grueso, los otros mas delgados, tienen todos una forma similar, siendo mas cortos progresivamente desde el 2 hasta el 5º.

Durante la fase de despegue, cuando iniciamos la marcha, la fuerza del peso del cuerpo se transmite desde el pie a la cabeza de los metas, y esta fuerza se transmite en casi su totalidad en el 1º y 2º metatarsianos.

La mayoría de los problemas de sobrecarga de los metas, se producen cuando aparecen algunos cambios en la manera en que se transmite la fuerza a los dedos. Este exceso de presión origina inflamación en la zona afectada, junto con dolor en la cabeza de los metas.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, concurren varios factores en la aparición de una metatarsalgia, como por ejemplo:

• El uso de un calzado poco adecuado. Calzado con tacones altos y de puntera estrecha, o calzado deportivo con una suela estrecha y mal almohadillada.

• Las personas con sobrepeso; dado que el peso del cuerpo se transmite al ante pie. Cuanto mas peso se tenga, mayor es la probabilidad de desarrollar una metatarsalgia.

• La edad; cuando una persona envejece, la capa de grasa que protege el pie se puede volver más delgada y el pie tiene menos protección contra el impacto y la carga.

• Ejercicio de alto impacto. Las personas que corren o realizan deportes de alto impacto tienen un mayor riesgo de metatarsalgia, debido a que sus pies absorben grandes cantidades de fuerza.

• La forma del pie y de los dedos del pie. Como por ejemplo en el caso de un Pie Cavo. Este tipo de pie se caracteriza por tener un arco mayor de lo normal, siendo justamente lo opuesto al famoso Pie Plano. Esto hace que apoyemos todo el peso de nuestro cuerpo sobre una superficie más reducida (el talón y la cabeza de los metas), con lo cual, tanto la parte del talón como la del antepie sufren una mayor presión, dando origen a ese dolor tan agudo, especialmente en la zona anterior, que está menos preparada para soportar una gran carga.

 También existen otros casos en que la persona tiene un segundo dedo del pie más largo que el dedo gordo del pie, lo que puede provocar un aumento de la presión sobre los metatarsianos.

• Las fracturas por estrés. Se trata de pequeñas grietas en los huesos de los dedos o metatarsianos que pueden causar dolor cuando el peso se coloca en un pie.

Entre las condiciones médicas que pueden causar metatarsalgia nos encontramos:

• juanete. Se trata de una protuberancia dolorosa e inflamación que se produce en la base del dedo gordo del pie. El dedo gordo del pie se debilita y se produce un aumento del estrés en el metatarso del pie. Esta condición puede ser causada por el uso de zapatos que son demasiado estrechos.

• Enfermedades como la gota, artritis reumatoidea, u otras de carácter inflamatorio y degenerativo, facilitan el frágil equilibrio de repartición de cargas en el ante pie.

• Acumulación de líquido en el pie.

• Neuroma de Morton. Es el engrosamiento del nervio interdigital que transcurre entre el tercer y cuarto metatarsiano, y en ocasiones, entre el segundo y tercer metatarsiano. El neuroma de Morton tiene síntomas muy similares a metatarsalgia y puede agravar aún más los esfuerzos de los metatarsianos.

• Diabetes. Los pequeños nervios en el pie pueden irritarse, provocando así una metatarsalgia.

Si no tratamos adecuadamente una metatarsalgia nos podemos encontrar:

• Que el dolor se propague a otras partes del pie o incluso al otro pie.

• Que aparezca un dolor en otro lugar del cuerpo debido a la cojera causada por el dolor en el pie.

¿Qué tratamientos existen para la metatarsalgia?

Los siguientes métodos pueden ayudar a aliviar el malestar y el dolor:

• Aplicar hielo en el área varias veces al día durante unos 15-20 minutos.

• Tomar medicamentos antiinflamatorios.

• Evitar los deportes de alto impacto e intentar algo más ligero como nadar o bicicleta.

• Descansar poniendo los pies en alto.

• En casos en los que la Metatarsalgia se deba a un Pie Cavo u otra causa fisiológica, el tratamiento se completaría además con unas plantillas apropiadas y personalizadas para la eliminación de los puntos de presión máxima, previo estudio de las presiones plantares de la pisada.

• Cambiar el calzado por uno más cómodo y anatómico, con un tacón que no supere los dos o tres centímetros de altura, puntera redondeada y suela flexible con un grosor adecuado.

• Bajar de peso: trate de mantener un peso corporal saludable.

 

Artículo publicado en Imtra.es