El talón de aquiles y las lesiones

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El llamado tendón de Aquiles es el tejido que conecta el hueso del talón al músculo de la pantorrilla en la pierna. Las lesiones más frecuentes son la inflamación o tendinitis y los desgarres.

Se dice que existe una tendinitis cuando existe inflamación. Los síntomas más comunes son:

  1. Dolor en la pantorrilla cerca del talón
  2. Un desgarre también causa dolor aunque de mayor intensidad

Causas:

  1. Exceso de uso del tendón de Aquiles, provocado por ejercicio como escalar o subir escaleras.
  2. Contractura de los músculos de la pantorrilla
  3. Endurecimiento o acortamiento del tendón
  4. Entrenamiento deportivo con zapatos inadecuados (poca elevación del talón)
  5. Posicionamiento inadecuado de los pies al hacer ejercicio
  6. Uso de calzado con tacón muy alto o muy bajo

El tendón de Aquiles también puede romperse durante un movimiento brusco, por ejemplo durante el arranque en una carrera o debido a un salto.  Los síntomas usuales de la tendinitis son:

  1. Dolor e inflamación en la zona
  2. Dolor al realizar ciertos movimientos como pararse “de puntas” estirando las pantorrillas
  3. Limitación al movimiento del talón

Desgarre

En ocasiones, es posible escuchar un chasquido al romperse el tendón de Aquiles. Cuando la ruptura es completa puede haber limitación del movimiento para levantar el talón del piso o apuntar con los dedos. El diagnóstico lo establecerá el médico por medio del examen físico y los signos de inflamación. El tratamiento para este problema es:

  1. Aplicación de frío durante 20 a 30 minutos, cada tres o cuatro horas para reducir el dolor
  2. Elevar la pierna sobre una almohada
  3. Antiinflamatarios (bajo prescripción médica)
  4. Terapia física
  5. Plantilla ortopédica en el calzado para elevar el talón
  6. Evitar ejercicios que requiera de la extensión del tendón

En casos severos de tendinitis, puede ser necesaria la aplicación de una férula durante algunas semanas. En caso de ruptura completa puede requerirse cirugía y férula.

Prevención

La mejor forma de evitar lesiones al tendón de Aquiles, es realizar ejercicios de calentamiento y estiramientos durante al menos cinco minutos antes de la iniciar la actividad física. Si sufres frecuentemente de tendinitis, evita deportes como escalar o correr en pendientes empinadas.

Fuente: www.sanar.org

El pie es la gran víctima de la fiebre del running

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El running  es una actividad que está de moda en todo el mundo y que cada vez practica más gente. Los aficionados a este deporte explican que es sencillo de realizar y barato, porque solo se necesitan unas zapatillas. Sin embargo, como todo ejercicio físico es exigente con el cuerpo y las caderas y las rodillas lo sufren especialmente. Las lesiones en el pie son de las más habituales entre los corredores y si no se curan convenientemente dan problemas a largo plazo.

La fascitis plantar “es la madre de las lesiones y la más frecuente en el pie” explica a EsTuSanidad Ángel González de la Rubia, presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva. Afecta a la estructura que sujeta el arco plantar, que es la que aguanta el peso del cuerpo, por lo que al correr esta carga se multiplica por tres.  Se trata de un dolor en la base del talón que en caliente molesta algo menos.

De la Rubia señala que para evitar esta dolencia los podólogos son partidarios de la utilización de un soporte plantar, con la suficiente rigidez para evitar que se hunda el arco plantar, pero teniendo en cuenta que no debe molestar en la práctica deportiva.  Desde el punto de vista del fisioterapeuta hay todo un arsenal para abordar esta patología, desde el masaje, pasando por utrasonidos, láser, magnetoterapia hasta recursos más contundentes como ondas de choque y la Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI).

La segunda lesión más frecuente es la tendinitis del tibial posterior. La carrera continua exige un gran esfuerzo al tendón de forma repetida lo puede ocasionar tenosinovitis (líquido dentro de la vaina) y tendinitis (inflamación aguda o deterioro del colágeno del tendón). Clínicamente la lesión se caracteriza por dolor y calor en la parte medial del tobillo y a lo largo del trayecto del tendón.

La tendinitis de los peroneos es otra lesión frecuente de los ‘runners’. De la Rubia detalla que cuando el pie se tuerce y se hace un esguince el ligamento que se “sobreestira” es el peroneo lateral corto. El ‘síndrome del túnel del tarso’ también puede ‘dar guerra’ a los corredores ya que cuando uno pisa mal repetidas veces el nervio se ve comprimido y genera dolor e incapacidad.

Para todas estas lesiones De la Rubia se muestra partidario de “llevar el pie a la posición neutra”, por medio de la estabilización, porque el deportista generalmente suele sufrir estas lesiones cuando pisa mal, que es a la postre lo que termina provocando la dolencia.

Gracias a que los corredores cada vez tienen más información sobre las técnicas de entrenamientos , algunas dolencias como la fractura de estrés son cada vez menos frecuentes. El hecho de que las zapatillas de deporte cada vez sean mejores a la hora de amortiguar y estabilizar el pie es un factor determinante para  evitar estas lesiones.

Ricardo Martínez Platel 

Fuente: http://www.estusanidad.com

Las 5 lesiones más habituales en los runners son…

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Las son las dolencias que puede tener un runner al momento de estar corriendo. Pero varias de ellas son muy recurrentes como dolor o inflamación en las rodillas o tobillos, o de igual manera en la espalda.

Las cinco lesiones más comunes entre la gente que le gusta el running.

1.- Inflamación en la planta del pie (fascitis plantar) . Se trata de la inflamación de la fascia de la planta del pie. Una de sus funciones es amortiguar los impactos durante la carrera. Una de las causas es llevar un mal calzado.

2.- Rotura Fibrilar . Consiste en la rotura parcial o total de una o varias microfibrillas o fibras musculares. Dicha dolencia se da cuando hay un tirón muscular y no se detiene para ser atendido. De seguir con la molestia y realizando actividad física se llega la rotura fibrilar.

3.- Tendinitis en la rodilla y en el tendón de Aquiles . La primera consiste en la inflamación del tendón rotuliano, debido a que soportan mucho impacto al correr. El segundo se presenta con una cojera inmediata ya que no se puede apoyar el pie correctamente.

4.- Esguinces . Se trata de una rotura parcial o total de los ligamentos de una articulación. El más común es el esguince de tobillo, afectando en la mayoría de los casos al ligamento lateral externo.

5.- Dolor de espalda . La presencia de dolor lumbar en runners se debe en su mayoría a falta de preparación o de programación en la intensidad inicial, además de que el exceso de distancias, intensidades y al tipo de calzado pueden ser grandes causantes de este mal.

¿El consejo? Parar inmediatamente, hielo y la consulta profesional obligatoria para tener un diagnostico certero. A recuperarse y seguir corriendo.

Fuente www.mdzol.com

¿Por qué aparece la tendinitis al correr?

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Seguro que más de una hemos tenido molestias en la pierna a la hora de salir a correr. Las lesiones y las molestias en las piernas son muy habituales, sobre todo las conocidas como tendinitis. Casi siempre lo achacamos a la tensión o el exceso de entrenamiento, pero pueden existir muchos motivos por los que estas molestias aparecen a la hora de correr.

La verdad que cuando hablamos de dolores musculares o tendinitis en las piernas no podemos referirnos a una sola parte de éstas, pues se pueden producir en cualquier lugar. Las más habituales suelen aparecer en la rodilla, en el talón de Aquiles o en la planta del pie, pero pueden existir otras zonas en las que la tendinitis puede hacer acto de presencia. Por ello lo bueno es saber evitarlo y conocer el funcionamiento correcto del cuerpo.

Sobrecarga de determinadas zonas

Uno de los principales motivos por los que suele aparecer la tendinitis en las piernas a la hora de practicar carrera es por la sobrecarga de determinadas zonas como las rodillas o los tobillos e incluso las caderas. Normalmente esto se debe a que la pisada o la técnica utilizada no es la adecuada, por lo que no hacemos que la tensión se reparta entre toda la pierna, sino que la concentramos en una parte. Pero es cierto que para evitar esto hay que tener en cuenta una serie de aspectos que muchas veces pasamos de largo.

Una mala pisada descontrolada

La forma de pisar es muy importante, y es que a veces, sin darnos cuenta nos estamos haciendo daño. Es cierto que no podemos hacer nada por cambiar nuestra forma de pisar, pero sí podemos disminuir el efecto sobre las piernas. Para ello debemos utilizar las zapatillas adecuadas para nuestra pisada además de para el terreno sobre el que vamos a correr. Por otro lado, es muy aconsejable que analicemos a fondo la pisada a través de una prueba que determinará si necesitamos una ayuda extra como plantillas ortopédicas o zapatillas especiales.

Desigualdades en la musculatura

Otro factor que puede influir en esa tensión acumulada puede ser la desigualdad de musculatura entre la parte superior y la inferior de las piernas, ya que esto lo que puede generar es un desequilibrio en las fuerzas de las mismas, que puede acabar en tensiones mal repartidas. Por ello es necesario trabajar de forma unitaria y total todos los músculos de las piernas para que no se produzcan este tipo de problemas.

No estirar adecuadamente

No estirar puede ser otro de los motivos por los que la tendinitis puede llegar a hacer acto de presencia. Los estiramientos de todas las piernas antes y después de practicar carrera es una buena manera de acabar con la tensión acumulada y evitar lesiones innecesarias. Por ello siempre debemos reservar unos minutos para ejecutar esta operación para así realizar la carrera de la mejor manera posible.

Fuente: www.vitonica.com

¿Cómo saber si necesitas plantillas ortopédicas? ¿Para qué sirven?

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Las plantillas ortopédicas son de gran ayuda para corregir o aliviar determinadas condiciones podológicas, con el fin de mejorar nuestra calidad de vida y permitirnos andar sin sentir molestias. Y es que los problemas podológicos no solo afectan nuestros pies, sino que también pueden tener su impacto en articulaciones como los tobillos, rodillas o cadera. Pero no siempre resulta sencillo saber si necesitas plantillas ortopédicas:

  1. Es muy importante tomar en cuenta que solo un podólogo, tras una revisión detallada, puede indicarnos cuándo necesitamos usar plantillas ortopédicas. No es recomendable adquirir plantillas genéricas o usar las de otra persona para aliviar problemas o molestias, pues éstas son realizadas de forma personal para adaptarse a nuestro pie y corregir o aliviar los problemas que podamos tener.
  2. Las plantillas ortopédicas sirven para equilibrar y distribuir la carga que deben soportar nuestros pies, que muchas veces debido a determinadas condiciones o hábitos se encuentra desequilibrada, ocasionando distintos problemas podológicos y articulares.
  3. También ayudan a prevenir lesiones y mejorar las molestias que se puedan tener. Normalmente quienes sufren de pie plano, pie cavo, espolones, lesiones en la planta o pie diabético, suelen necesitar plantillas ortopédicas para corregir, aliviar o reducir las lesiones y dolores.
  4. Si estás experimentando molestias en los pies, cansancio exagerado al caminar, fatiga, dolor en las articulaciones, desgaste irregular en tus zapatos o cualquier otra condición podológica, es conveniente visitar a un especialista, pues es muy probable que tras una revisión tu problema pueda aliviarse con el uso de plantillas ortopédicas.
  5. No hay que olvidar que para que las plantillas ortopédicas funcionen de forma efectiva debemos elegir los zapatos adecuados. Utilizar calzado para plantillases muy recomendable, pues se trata de diseños que permiten la perfecta instalación de las mismas sin generar molestias o roces en los pies, de esta forma garantizamos resultados efectivos y beneficiosos.

Fuente: salud.uncomo.com

¿Cómo iniciarse en el running y no tirar la toalla?

Salir a correr, hacer footing o running —cada uno que elija la terminología que más le suste— se está convirtiendo en una de las actividades deportivas más practicadas en la actualidad. En enero siempre aumenta el número de corredores como resultado de los «firmes» propósitos realizados a comienzo de año con el objetivo de tener una vida más sana o perder esos kilos de más.

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La libertad de horarios, lo económico de su práctica, la sensación de realizar deporte al aire libre y los rápidos resultados en la mejora de la salud física, son algunas de sus bazas. Sin embargo, hay personas que comienzan con muchas ganas y al poco tiempo abandonan. ¿Por qué?

Según Agustín Rubio, director del curso de iniciación al running de Running Company, uno de los mayores problemas de los principiantes es lafalta de paciencia. «Por lo general, cuando se deciden a correrquieren obtener resultados muy rápidos. Creen que pueden hacer 20 minutos seguidos. Si no cumplen sus expectativas se frustan y abandonan. No se percatan de que el cuerpo humano responde mejor a pequeñas dosis (menos tiempo) y repitiendo más días a la semana. Lo mejor es empezar por hacer un minuto de carrera y dos caminando e ir aumentado en días posterioressegún nos pida el cuerpo. Eso sí —advierte— en el entrenamiento no hay que darlo todo. Se aconseja quedarse con un poco de ganas de seguir para favorecer la motivación de volver al día siguiente».

Otro de los errores que comenten es que empiezan con mucha energía, realizando un gran esfuerzo, lo que provoca fatiga y muchas agujetas en el cuerpo, dejando al corredor varios días casi sin poderse mover por el dolor corporal. «Este comienzo —explica Agustín Rubio— desmoraliza a muchos y piensan que el deporte o el running no está hecho para ellos. Sin embargo, las agujetas deben considerarse como parte del proceso porque el cuerpo se está adaptando a moverse más, se esta desoxidando. Los menos predispuestos deben pensar que al running hay que darle la oportunidad de practicarlo, al menos, un mes, para darse cuenta de sus beneficios».

Un buen hábito para que el cuerpo no sufra es realizar estiramientos todos los días, incluso cuando no se va a correr.Bastan con cinco minutos después de levantarse de la camapara aliviar las tensiones musculares.

También es habitual que los principiantes aseguren que no saben respirar. Se debe hacer de manera natural por la nariz o por la boca, «aunque hay teorías que dicen que lo óptimo es inalar por la nariz y soltar el aire por la boca, lo mejor es que cada uno empiece sientiéndose cómodo para no fatigarse y controlar el ritmo cadiaco», explica el director del curso de iniciación al running de Running Company.

Por último, señala que en invierno también es importante hidratarse y beber agua o líquidos para que nuestro cuerpo no sufra.

Resultados rápidos, pero no inmediatos

Hay que ser realista y pensar que, aunque al comienzo suponga un esfuerzo, los resultados —es decir esa pérdida de kilos de más— van a llegar, pero no el primer día. «Practicando running los resultados son rápidos, pero no inmediatos. Al menos hay que correr tres semanas, cinco días a la semana, para notar sus efectos en el cuerpo».

Desde amatteur, la red social para compartir experiencias deportivas, añaden que es esencial tener en cuenta una serie de consejos clave paraevitar lesiones, practicar de forma correcta este deporte y no sucumbir en el intento.

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No decaigas en la primera salida

Si nunca se ha sido aficionado al running, y es la primera vez que uno se sumerge en este mundo, hay que tener en cuenta que puede ser duro. Por eso, lo principal es estar mentalizado y tener muy presente que es posible que las fuerzas flaqueen en la primera salida, y que se pongan excusas para no volver a salir.

Si se espacia mucho entre la primera vez que se va a correr y la siguiente, es muy posible que ya no se vuelva a practicar. Lo ideal es que, si se ha tomado la determinación, que la continuidad sea la prioridad. En cada salida se notará menos esfuerzo y más fuerza, lo que aumentará la motivación y el rendimiento.

Cambia de rutas

Correr no tien por qué ser aburrido. Precisamente una de las ventajas del running es la variedad que ofrece. Hay miles y miles de kilómetros a disposición del deportista. Lo recomendable es modificar la ruta cada semana, planificar salidas de fin de semana en lugares agradables, como puede ser al lado del mar o en parajes campestres. Hay un sinfín de posibilidades.

Al menor dolor, para

Es primordial realizar estiramientos antes y después de la actividad, con el fin de prevenir lesiones. Si a pesar de ello, a la hora de correr se nota el menor dolor, hay que parar. No conviene «forzar la máquina» ya que lo que puede ser una simple tendinitis, acabe en algo más serio. Por eso, si se observan molestias, es mejor parar, caminar, y dejar un espacio de descanso, para que el cuerpo se recupere.

Correr es gratis, pero los zapatos no

Muchos se lanzan a la «moda» del running, principalmente porque es un deporte gratuito. Si, lo es, pero es esencial tener en cuenta la importancia del calzado. Nunca se deben utilizar zapatos que estén ideados para otras prácticas deportivas, ni zapatos que sean demasiado económicos. A la larga, se notará, y podrá provocar una lesión. Por eso, lo único en lo que sí que habrá que hacer un pequeño desembolso es en los zapatos. Tendrán que ser los adecuados a las necesidades y hábitos del runner.

Fuente: www.abc.es

Hablemos sobre la Biomecánica de la Marcha

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El estudio biomecánico de la marcha o pisada consiste en el análisis del pie en posición estática y dinámica, así como su relación con otras estructuras del cuerpo (como la rodilla, la cadera o la columna). Realizando un correcto estudio de la marcha podemos prevenir la aparición de lesiones musculares y osteoarticulares como los esguinces de repetición, metatarsalgias, fascitis plantares, espolones calcáneos, tendinitis, sobrecargas musculares, condropatías, basculaciones pélvicas, etc.

En otro orden de ideas, la marcha humana es un modo de locomoción bípeda (ambos pies) con actividad alternada de los miembros inferiores, que se caracteriza por una sucesión de doble apoyo y de apoyo unipodal; es decir que durante la marcha el apoyo no deja nunca el suelo, mientras que en la carrera, como en el salto, existen fases aéreas, en las que el cuerpo queda suspendido durante un instante.

Desde una óptica dinámica, la marcha es una sucesión de impulsos y frenados, en los que el motor o el impulso se sitúa a nivel del miembro inferior posterior y el frenado en el anterior. Más que el desarrollo de un reflejo innato, la marcha es una actividad aprendida.

Durante los primeros años de su infancia el niño experimenta con su sistema neuromuscular y esquelético, hasta llegar a integrar esta actividad a nivel involuntario. Hasta los 7 u 8 años no se alcanza la marcha característica que una persona muestra en la edad adulta. Aunque algunas variables dependientes del crecimiento -como la longitud del paso- continúan evolucionando hasta alcanzar los valores típicos del adulto, alrededor de los 15 años. Pese al carácter individual de este proceso, las semejanzas entre sujetos distintos son tales que puede hablarse de un patrón característico de marcha humana normal; patrón que varía con diferentes circunstancias como: el tipo de terreno, la velocidad, la pendiente y, sobre todo, bajo determinadas condiciones patológicas.

Una lesión frecuente en corredores: la tendinitis aquílea

¿Qué es el tendón de Aquiles?

El tendón de Aquiles es la extensión tendinosa de los tres músculos de la parte baja de la pierna (gemelo, sóleo y plantar) Es uno de los tendones más fuertes y gruesos del cuerpo y mide alrededor de 15 cm de largo.
En los últimos años se ha incrementado el número de lesiones deportivas que afectan a este tendón situándose entre un 30 y un 40% y afectando mayoritariamente a mujeres.
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Las patologías más frecuentes del tendón de Aquiles son:

– Fractura de tendón de Aquiles: Se produce un desgarro del tendón parcial o total.
– Bursitis de Aquiles: Inflamación de las bursas, bolsas repletas de líquido sinovial.
– Tendinosis de Aquiles: Degeneración del tendón
– Tendinitis: Inflamación del tendón.

¿Qué es la tendinitis de Aquiles?

La tendinitis de Aquiles es la inflamación del tendón que se produce generalmente por un sobreesfuerzo de la articulación o por una torcedura. En personas de mayor edad se puede dar la tendinitis de Aquiles o tendinitis aquilea debido a una artritis que produce irritación, dolor e hinchazón en el tendón de Aquiles.

¿Cuáles son las causas más comunes de la tendinitis de Aquiles?

La causa más común de la tendinitis de Aquiles o tendinitis aquilea es la sobrecarga muscular debido a una acción repetitiva que requiere de gran esfuerzo en la zona del talón y la pantorrilla. Es común en deportes que requieren de saltos continuados como por ejemplo en baloncesto.

Generalmente la tendinitis ocurre cuando realizamos un sobreesfuerzo deportivo o aumentamos la intensidad del ejercicio. Del mismo modo puede ocurrir que los músculos de la pantorrilla soporten tensión en exceso, lo que produce la tendinitis.

Otra de las causas es padecer una infección o lesión que inflame la zona del tendón o padecer de artritis, generalmente en ancianos y personas de mediana edad.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la tendinitis de Aquiles?

El síntoma más evidente de la tendinitis de Aquiles o tendinitis aquilea es el dolor en el talón que se puede incrementar hacia la pantorrilla al caminar o correr. Además podemos apreciar inflamación y calor en la zona.

Artículo publicado en tulesion.com