Usar tacones no sólo afecta a los pies…

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Nada ha logrado desplazar a los tacones como la primera causa de dolor en los pies. A esta conclusión llegó la Asociación Podológica Americanatras una encuesta en 2014 que lideró un grupo de los mejores doctores especializados en pies y piernas.

Con una posición similar, el Journal of Applied Physiology asegura que, al vestirse con este tipo de zapatos, el pie termina en una posición de flexión que no es natural: “Es como estar parado durante horas en la punta de los pies. Esta forma puede ser la causa de dolor muscular, fatiga y lesiones«.

Además de estos dolores, el uso de tacones es también el causante de la aparición de ampollas, callos, uñas encarnadas y juanetes, según el departamento de podología de la Universidad de Loyola (Estados Unidos), quienes añaden que el riesgo de sufrir este tipo de lesiones se incrementa entre más alto sea el tacón.

Pero los pies no es la única parte del cuerpo que sufre con este tipo de calzado. Según la revista Time, el uso de estos zapatos también tiene repercusiones en las piernas. “Según investigaciones del Reino Unido y Austria, pasar mucho tiempo caminando en tacones en realidad cambia la estructura de músculos y tendones en las pantorrillas”, explica el periodista de Time Markham Heid.

Marco Narici, profesor de psicología clínica de la Universidad de Nottingham (Inglaterra), asegura que vestir estos zapatos reduce las fibras musculares y endurece el talón de Aquiles disminuyendo el rango de movimiento del tobillo y las posibilidades de tener una lesión se incrementan.

El cambio en la estructura muscular también puede suceder en las rodillas. El profesor de cirugía ortopédica de Standford (Estados Unidos), Constance Chu, explica en el artículo de Time que la fuerza aplicada en esta parte del cuerpo al usar tacones puede ser la causa de la aparición temprana de osteoartritis. “El riesgo se incrementa en mujeres pesadas”, añade el profesor.

Algunas recomendaciones que hacen doctores como Chu para evitar estos cambios o lesiones tienen que ver con la altura de los tacones que se usan: entre más bajos sean, menor es el riesgo. Por otra parte, se recomienda que al usar estos zapatos haya una tiempo de descanso que puede encontrarse al recostarse en una pared o estirando el pie durante un par de minutos todos los días.

Fuente: www.elespectador.com

Callos en los pies: un problema estético y de salud en la mujer

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Los pies son una parte del cuerpo humano que nos gusta tener bien arreglados porque eso significa que están sanos y bonitos. Es cierto que enseñarlos en verano nos gusta, pero, ¿qué ocurre si tienes callos en los pies y te da vergüenza enseñarlos? ¿Te vas a quedar sin mostrar tus pies en verano? ¿Vas a tener los pies en calzado cerrado cuando haya 40 grados a la sombra? ¿Estás segura de eso?

Hay problemas en los pies que simplemente da vergüenza hablar de ello, porque creemos que los demás nos verán diferente. Pero, ¿por qué ocurre esto? No es justo que por un problema que te salga en los pies tengas que ir al médico casi a escondidas. ¡Ni mucho menos! Deja de pensar en el qué dirán los demás y dedícate a cuidar de tus pies. ¡Seguro que más gente que conoces tiene el mismo problema! A continuación voy a hablarte los callos y cómo solucionar este problema.

Los callos pueden ser dolorosos y además son horribles. Los callos son el resultado de hiperqueratosis, una capa protectora de queratina que crea la piel sobre las áreas que sufren una irritación crónica. Los callos son una manera de proteger el hueso subyacente y la carne que con el tiempo se vuelve gruesa y dura.

La piel puede espesar como resultado de un calzado que no se ajusta correctamente. Muchos zapatos de mujeres a menudo tienen un ajuste demasiado apretado y el roce con la presión puede causar los callos… ¿Tienes zapatos así? ¡Tíralos a la basura ahora mismo!

Pero existen soluciones. Esta solución consiste en comprar zapatos que se ajusten a tus pies y que te sean cómodos nada más sacarlos de la caja… tan sencillo como eso. Pero si ya tienes callos te recomiendo que te apliques aceite mineral por la noche para suavizar tu piel. El aceite facialpuede funcionar también. Recuerda que tendrás que pulir (sí, como lees; “pulir”) suavemente los callos con una piedra pómez.

Fuente: www.mundochica.com

Las callosidades: problema habitual de los corredores

Para el corredor los pies son la base determinante de su impulso, sostén y herramienta para llegar a la meta. El cuidado de estas extremidades debe ser importante, ya que prevenir lesiones y molestias garantizará el correcto desenvolvimiento del corredor durante la marcha.

Un problema frecuente es la aparición de callos y callosidades, que no son más que el endurecimiento y engrosamiento de la piel que se pueden apreciar de color amarillento o gris.

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Los pies son en el corredor su base, su sostén y su principal herramienta de trabajo, por eso su cuidado debe ser importante para prevenir lesiones y molestias que después, impidan el correcto movimiento. Un problema frecuente en el corredor son las callosidades, de las cuales describiremos sus causas y cómo prevenirlas.

Las callosidades no son más que el producto del endurecimiento y engrosamiento de la piel. Aunque puede haber inflamación y mucho dolor, generalmente se ven de color grisáceo o amarillento y no son sensibles al tacto aunque sí se perciben abultados sobre el pie.

¿Por qué se producen las callosidades?

Las causas del desarrollo de callos son variables y múltiples, ya que pueden producirse callosidades por el roce y la presión constante de un calzado sobre el pie o bien, puede ser causado por la sobrecarga de una zona específica del pie al pisar. Es decir, puede deberse a un calzado particular o a un problema en la mecánica de la pisada, ya que los pronadores frecuentemente sufren de callosidades en los extremos de sus pies por su parte interior, en cambio los supinadores suelen tener callos a lo largo del lado exterior del pie.

Es decir, una mecánica incorrecta o desequilibrios en el peso que reciben los pies al apoyarse pueden ser la causa de la presencia de callosidades en el corredor, así como también, un calzado incorrecto que no permite que los dedos se movilicen, sino que los presiona en demasía.

Dado que con el tiempo la presencia de callos puede ser una consecuencia menor de la mala pisada al caminar o correr, siempre es conveniente corregir este problema.

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También pueden presentarse callosidades como consecuencia de la presión repetitiva al correr o por poseer una estructura ósea anormal como por ejemplo, tener pie plano o espolones.

En primer lugar se debe analizar la pisada del pie y corregir todo tipo de anomalías que puedan desviar el peso hacia un sólo extremo, por ejemplo, corregir la sobrepronación, el pie plano o los desequilibrios en las extremidades inferiores.

Asimismo, resulta fundamental utilizar un calzado que por dentro permita la movilidad de los dedos de los pies de manera que no friccione a los mismos sobre la zapatilla, pero también debe sujetar el pie correctamente, no permitiendo su desviación hacia un lado o a otro.

Además, la zapatilla debe tener adecuada amortiguación y debe brindar estabilidad al pie. Si es necesario se debe corregir con plantillas o otros recursos ortopédicos las anomalías del pie.

Analizar la pisada y equilibrar la marcha es clave para que los pies absorban de manera uniforme el impacto que reciben en cada paso durante la carrera, así se podrán prevenir las callosidades y otros tantos males que pueden afectar el desempeño de un corredor.

Hablemos de los juanetes…

¿Qué es un juanete?

Un juanete es un agrandamiento de la articulación de la base del dedo gordo del pie – la articulación metatarsofalángica – que se produce al desplazarse el hueso o el tejido de la articulación del dedo gordo. Esto fuerza al dedo a doblarse hacia los otros, creando un bulto de hueso, frecuentemente doloroso, en el pie. Como esta articulación soporta gran parte del peso del cuerpo al caminar, los juanetes pueden ser extremadamente dolorosos si no se tratan.
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La propia articulación metatarsofalángica puede volverse rígida e irritada, haciendo difícil o imposible incluso llevar zapatos. Los juanetes o bunios – del latín bunio, que significa agrandamiento – pueden darse también en la parte exterior del pie, en el dedo chico, donde se le llama “juanete de sastre”.

Síntomas

  • Desarrollo de un bulto firme en el borde externo del pie, en la base del dedo gordo.
  • Enrojecimiento, hinchazón, o dolor en, o cerca de, la articulación metatarsofalángica.
  • Callos u otras irritaciones causadas al montarse un dedo sobre otro.
  • Movimiento limitado o doloroso del dedo gordo.

¿Cómo aparece un juanete?

Los juanetes se forman cuando se altera el equilibrio de fuerzas que se ejercen sobre las articulaciones y los tendones del pie. Esto puede llevar a inestabilidad de la articulación y causar la deformidad. Aparecen tras años de movimiento y presión anormales en la articulación metatarsofalángica. Son, por lo tanto, un síntoma de mal desarrollo del pie y normalmente son causados por la forma de caminar, el tipo hereditario de pie, el calzado, u otros motivos.

Aunque los juanetes tienden a aparecer en varios miembros de la misma familia, lo que se hereda es el tipo de pie – no el juanete. Los padres que padecen mala movilidad del pie pueden pasar el tipo de pie problemático a sus hijos, que a su vez serán también propensos a desarrollar juanetes. El funcionamiento anormal causado por este mal desarrollo del pie puede llevar a presiones sobre el pie y dentro de él, a menudo con el resultado de deformidades en el hueso y la articulación, como juanetes o dedos en martillo.

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Otras causas de juanetes son heridas en el pie, desórdenes neuromusculares, o deformidades congénitas. Las personas que sufren de pies planos o arcos del pie bajos son también propensas a desarrollar estos problemas, así como los pacientes artríticos o con enfermedades inflamatorias de las articulaciones. También son un factor las profesiones que conllevan un esfuerzo excesivo del pie; los bailarines de ballet, por ejemplo, a menudo desarrollan el problema.

El calzado demasiado apretado o que aprieta unos dedos contra otros es también un factor común, que explica la alta preponderancia del problema entre las mujeres.

¿Qué puede hacer para aliviarlo?

  • Colocar protectores de juanete comerciales, sin medicación, alrededor del bulto del hueso.
  • Llevar calzado de puntera amplia.
  • Si el juanete se inflama y duele, aplicar hielo varias veces al día para reducir la hinchazón.
  • Evitar los zapatos de tacón de más de dos pulgadas (5 cm.) de alto.
  • Consulte a su podiatra si persiste el dolor.

Tratamiento conservador para el dolor de juanetes.

Las opciones de tratamiento varían con el tipo y gravedad de cada juanete, aunque es importante identificar la deformidad temprano en su desarrollo para evitar la cirugía. Se debe buscar atención de un médico podiatra a la primera indicación de dolor o incomodidad porque, si se dejan sin tratar, los juanetes tienden a hacerse mayores y más dolorosos, haciendo más difícil el tratamiento no quir úrgico.

El objetivo principal de la mayoría de las opciones de tratamiento temprano es aliviar la presión sobre el juanete y detener la progresiva deformación de la articulación. Un médico podiatra puede recomendar estos tratamientos:

Acolchado y vendado

Acolchar el juanete, frecuentemente el primer paso en un plan de tratamiento, reduce el dolor y permite al paciente llevar una vida normal y activa. Las vendas ayuda a mantener el pie en una posición normal, reduciendo la presión y el dolor.

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Medicación

Frecuentemente se recetan fármacos antiinflamatorios e inyecciones de cortisona para aliviar el dolor agudo y la inflamación causadas por deformidades de las articulaciones.

Fisioterapia

Se usa a menudo para aliviar la inflamación y el dolor. La terapia de ultrasonidos el una técnica popular en el tratamiento de juanetes y el tejido blando asociado a ellos.

Ortopedia

Las plantillas para el calzado pueden ser útiles para controlar la funcionalidad del pie y pueden reducir los síntomas y prevenir el empeoramiento de la deformidad.

Cuando falla el tratamiento temprano o el juanete crece más de lo aconsejable para esas opciones, la cirugía podiátrica puede ser necesaria para aliviar la presión y reparar la articulación del dedo.

Opciones quirúrgicas.

El médico podiatra cuenta con varios procedimientos quirúrgicos. La cirugía elimina el agrandamiento del hueso, rehace el alineamiento normal de la articulación, y alivia el dolor.

En las deformidades menos graves puede usarse una simple bunionectomía, en la cual se elimina únicamente el bulto del hueso. Los casos más graves pueden requerir procedimientos más complejos, que incluyen cortes en el hueso y el realineamiento de la articulación.

La recuperación lleva tiempo, y son comunes las molestias y la hinchazón durante varias semanas tras la cirugía. El dolor, sin embargo, se controla fácilmente con medicamentos recetados por su médico podiatra.

Su medico/cirujano podiatra se ha formado específica y extensamente en el diagnóstico y tratamiento de todo tipo de problemas en los pies. Esta formación incluye cada uno de los sistemas y estructuras, intrincadamente interrelacionados, del pie y la parte baja de la pierna, incluida la piel y los sistemas neurológico, circulatorio, y musculoesquelético, que comprende los huesos, articulaciones, ligamentos, tendones, músculos y nervios.

Información tomada de www.podiatrists.org